Kenya es un país de enormes contrastes:
Contrastes geográficos, desde el suelo cuarteado del lago Amboseli y los desiertos del norte hasta la paradisíaca línea litoral sombreada por los cocoteros y acunada por las olas del Índico, desde las yermas orillas de sus lagos salados hasta las nieves de los picos abruptos del Monte Kenya.
Contrastes económicos, desde los lujosos clubes de ambiente británico hasta los sórdidos suburbios de Nairobi, desde los jardines ecuatoriales hermosos y fragantes hasta las humildes aldeas cubiertas de polvo rojo.
Contrastes de razas, lenguas y culturas, producto de su historia rica y novelesca, desde los europeos de las grandes exploraciones épicas hasta los orgullosos y hieráticos Maasai.
Cuna de la humanidad y tumba de muchos que la amaron, la vivieron y la protegieron.