Carcassonne es una preciosa localidad medieval situada en el sur de Francia, a medio camino entre Perpiñán y Toulouse.
¡Es la ciudad fortificada más grande que se conserva en Europa! Ah, y como probablemente sabrás, también tiene su propio juego de mesa. Tiene tantísimo encanto que no es de extrañar que fuera declarada en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La ciudad está dividida en
dos zonas:
La Cité o ciudadela (zona medieval) y
La Bastide Saint-Louis (zona moderna). Están separadas por el río Aude y unidas por el Puente Viejo un impresionante puente de piedra de 12 arcos del siglo XIV.
Esta zona de La Cité es mágica, más propia de un cuento de hadas, y está repleta de monumentos para visitar y de rincones por descubrir. Su arquitectura, sus callejuelas empedradas repletas de tiendecitas y restaurantes, sus gentes, su historia, su gastronomía, sus vinos... ¡Sin duda te seducirá!
Cómo llegar a Carcassonne
Por carretera: la ciudad se encuentra a tan solo 3 horas de Barcelona y a 1 hora de Toulouse. La autopista "des Deux Mers" enlaza por el oeste con la orilla del mar Atlántico y por el este con el mar Mediterráneo.
En tren: la estación S.N.C.F. une Barcelona con Carcassonne en 2h 18 minutos.
En avión: el aeropuerto de Toulouse está a 1 hora de la ciudad, y recibe vuelos procedentes de varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla, Zaragoza y Barcelona) con diferentes compañías. El aeropuerto de Carcassonne Salvaza está situado al oeste de la ciudad recibe vuelos de diversas ciudades de Inglaterra, Irlanda, Escocia (Glasgow), Bélgica (Charleroi), Dinamarca (Billund) y Portugal (Oporto) con la compañía Ryanair.
Cómo moverte por CarcassoneEn coche: evita la circulación por el centro en horas puntas, sobretodo en verano. Encontrarás tres aparcamientos subterráneos en el centro con capacidad para más de 900 vehículos.
En transporte público: el aeropuerto de Carcassonne está conectado con la ciudad a través de 11 líneas de autobús. Durante el verano, la bastida de Saint-Louis se sirve de pequeños transportes eléctricos gratuitos conocidos como "les Toucs".
Qué ver y qué hacer
La Ciudadela: cuenta con 52 torres y 3 km de murallas, ¡casi nada!
El castillo: monumento del siglo XII construido por la familia de los vizcondes Trencavel desde donde tendrás unas bonitas vistas a la ciudad.
La basílica de Saint Nazaire: es la joya de la ciudad. De estilo gótico y con unas impresionantes vidrieras con representaciones bíblicas.
La bastida Saint-Louis: está delimitada por los bulevares que se trazaron en los
siglos XVIII y XIX sobre los antiguos fosos de la ciudad, que en otro
tiempo estaba fortificada.
El Pont Vieux: puente de piedra que
sustituyó a su homólogo feudal construido aguas arriba en otro tiempo
data de comienzos del siglo XIV.
El Canal du Midi y su entorno: Obra excepcional de
Pierre-Paul Riquet inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO desde
1996.
Tiendecitas: encontrarás muchísimas tiendecitas con productos para los más sibaritas. Foie, vinos y productos gourmet varios.
Eventos y fiestas típicas
Festival de Carcassonne (junio-agosto): es uno de los mayores festivales de Francia. Cuenta con unos 120 espectáculos de todo tipo (danza, teatro, ópera, circo, música clásica y moderna, música francesa e
internacional) y cerca de 80 de ellos son gratuitos.
La Ciudadela de Carcassonne en llamas (14 de julio): más de 700.000 personas se juntan en las orillas del Aude para ver el increíble espectáculo de fuegos artificiales.
Feria de Carcassonne (agosto-septiembre): reúne a grupos de salsa,
de flamenco, de músicas occitanas, tango, musette, bandas y fanfarrias
callejeras, sevillanas y cantaores. En la plaza André Chénier
se realizan conciertos y actividades gratuitas. Durante toda la noche, las bodegas
de la ciudad ofrecen degustaciones de tapas.
La magia de la Navidad (diciembre)
: empieza con la fiesta tradicional de San Nicolás en la Ciudad Medieval. Podrás ver
iluminaciones,
espectáculos, mercadillo navideño...
Qué se cuece en
Los productos más importantes de su gastronomía son las aves de corral y las verduras.
Su plato estrella es el "cassoulet": guiso hecho en cazuela de barro con alubias blancas y
distintas partes de carne animal, normalmente perdiz.
Caracoles a la Languedocienne: acompañados de cebolla, jamón, tomates y persillade.
Otros platos típicos de la zona son el jambonneau, la sopa bullabesa, las mollejas de ave de corral confitadas, el confit de pato o de oca.
Entre los dulces destacan los petits carcassonnais, pavés, grès o briques: están hechos a base de azúcar o de chocolate y los podrás encontrar en las tiendecitas del interior de la ciudad fortificada.
Carcassonne cuenta con cuatro denominaciones
de origen vitícolas: Cabardès (norte), Corbières (sudeste), Côtes de la
Malepère (en las afueras) y Minervois (nordeste). Algunos de sus vinos son imprescindibles en su cocina, ya sea para regar unos platos o para degustarlos.
El clima
El viento suele estar presente durante casi todo el año.
El verano no es excesivamente caluroso, quitando julio, cuando sí que suele haber sequedad y calor.
Los
otoños e inviernos son normalmente suaves, con heladas poco frecuentes.
Entre los meses de octubre y mayo es cuando suelen caer las lluvias.
Entonces...
Si quieres hacer un mágico viaje al pasado, piérdete por las callejuelas empedradas de la ciudad amurallada de Carcassonne. Te seducirán su romanticismo, su melancolía y su historia; te impresionarán su castillo y su basílica; te encantarán su gastronomía y sus vinos. ¡Esta ciudad te va a enamorar!